Mi propósito es hacer que algún día, sin saber cómo ni porqué, vuelvas a necesitarme. Que vuelvas a necesitar que entrelacemos nuestros dedos y prometamos llegar así al infinito. Que vuelvas a necesitar ese mensaje de buenas noches. Que vuelvas a querer que mi rostro sea lo último que veas al caer dormido y lo primero al abrir tus ojos. Haré que de repente, vuelva a ser yo esa persona que quieras llevar a la cama cada noche y hacer de mi cuerpo papel y de tus besos el pincel que se deslicen sobre él. Haré que, sin saber cómo, sin que te lo puedas explicar, vuelvan a recorrerte mil sensaciones, tu espalda se llene de un sudor frío y te tiemblen las piernas. Que un escalofrío recorra tu cuerpo cada vez que oigas mi nombre.